La máxima autoridad de Estados Unidos no escatima a la hora de comer, cualquiera sea esta, sobrepasando holgadamente lo recomendado… Una costumbre que incluso lo llevó a instalar un botón rojo en su oficina en la Casa Blanca para pedir su bebida favorita apenas presionándolo.
Sabido es que Donald Trump es una persona bastante voluntariosa. Así ha quedado claro a partir de algunas de sus actitudes y costumbres que, al parecer, podrían incluso amenazar su integridad física en cosa de tiempo.
Trascendiendo a su despliegue político, el ámbito de la alimentación no lo hace transitar precisamente por la vereda de lo saludable. Así lo han alertado algunos medios en los últimos meses, tras su regreso a la Casa Blanca en el contexto de su segunda presidencia de Estados Unidos.
Según cuenta un artículo de Huffington Post, la nutricionista Riikka Viljanen admitió sentirse horrorizada al conocer detalles de sus hábitos alimenticios del mandatario. «¡Suena bastante salvaje! Es un milagro que todavía esté vivo», dijo a Ilta-Sanomat.
De hecho, el fanatismo de Trump por la comida chatarra es conocido. Tanto así que la revista británica House & Garden pormenorizó acerca de sus desayunos basados en huevos y tocino, a lo que siguen de comidas como sándwiches con pastel de carne.
Mientras tanto a la hora de la cena…
Como si eso fuera poco, a la hora de la cena el mandatario no escatima. De esta manera, su apuesta es por incrementar las calorías por lo que se inclina, a falta de una… por dos hamburguesas y batido de chocolate. Pero como para él no es suficiente, a estas comidas puede sumar pollo frito, filetes, pizza con queso, galletas Oreo y helado.
Para satisfacer otro de sus deseos, Trump consume unas 12 latas diarias de Coca-Cola light. A tal nivel llega su adicción por este bebestible, que el medio citado reveló que uno de los detalles más llamativos en su regreso al poder, ha sido la reinstalación del «botón de Coca-Cola light» en la Oficina Oval de la Casa Blanca, su despacho, un dispositivo que le permite pedir una de estas bebidas solo presionándolo.
Obviamente, esta dieta prácticamente prescinde del consumo de frutas y verduras o bayas, lo que preocupa a Viljanen, más todavía considerando que Trump tiene 78 años.
«Es un desastre»
De hecho, según ilustra la experta, la alimentación se aleja completamente de las recomendaciones nutricionales actuales. «Mucha grasa dura y sal, poca fibra, sin rastro de las 500-800 gramos de frutas y verduras recomendadas al día… es un desastre», sinceró.
Otro tema es el riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y algunos tipos de cáncer al que podría estar afecto.
Y en términos de medición de calorías, sólo su cena le suma 2.430 calorías, lo que supera la ingesta íntegra diaria promedio de un adulto. Para entender lo preocupante de sus hábitos alimenticios, se estima que para quemar esa cantidad de energía, necesitaría caminar más de ocho horas, o trotar durante cinco horas por día.
«Trump tiene sobrepeso. Puedes verlo desde afuera. Este puede provocar docenas de síntomas y enfermedades diferentes, incluidos problemas articulares, enfermedades musculoesqueléticas, cáncer, gota, demencia, cirrosis hepática y diabetes tipo 2», alerta la nutricionista.
Incluso, la experta no descarta que su salud se vea comprometida en el mediano plazo. «Si algo le pasa a Trump en los próximos cuatro años, probablemente será un ataque cardíaco debido a su dieta”.
“Ese tipo de alimentación parece un suicidio lento», advierte.
Imagen: Captura de Youtube CTV News