El comunicador, que atribuye su padecimiento a un origen genético, contó parte de la sintomatología que lo llevó a consultar rápidamente en medio de una oportuna acción ante el cuadro que podría haberle costado la vida.
Hace unos días, Leo Caprile conversó con 24 Horas acerca del accidente cerebrovascular (ACV) que sufrió hace un año, detallando parte de la sintomatología ante la que logró reaccionar oportunamente, lo que hoy le permite transmitir un valioso testimonio.
«Cuando me dicen que es la segunda causa de muerte en Chile, casi me fui de espaldas, estuve a punto de pasar a la historia», contó el comunicador.
Paralelamente, Caprile relató que el día en que el cuadro se manifestó, nada parecía evidenciar el diagnóstico que recibiría, a excepción de un síntoma clave para salvar su vida. «Estábamos conversando, haciendo bromas, cuando de repente voy a tomar un vaso y no me lo puedo», reveló.
Reconociendo una anormalidad en su organismo, se hizo ver de inmediato. «La respuesta veloz es fundamental. Yo, desde el primer síntoma hasta estar ya en trombólisis (tratamiento para enfrentar un accidente cerebrovascular), tardé entre 20 y 25 minutos», pormenorizó.
Adicionalmente, Caprile aludió a la génesis de lo sucedido, sincerando que esta es familiar, ya que sus padres también sufrieron un ACV.
“Hice conciencia de cómo pude haber quedado”
«Hay factores de riesgo que son totalmente modificables y que forman parte de nuestro día a día, como los hábitos, el consumo de tabaco y alcohol, el sedentarismo y el mal control de algunas enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y la obesidad. Entre ellos, también hay causas no modificables, como la edad y factores genéticos», sostuvo el neurólogo Diego Rocha al medio citado.
Respecto de lo experimentado, Caprile contó parte de lo que vivió en medio de su padecimiento.
«Vi mucha gente, incluso gente más joven. Como que el rango etario de la dolencia se amplió. Hice conciencia de cómo pude haber quedado, y qué habría pasado, por ejemplo, si yo estaba en el campo, o si hubiese estado solo», contó
Porque, aseguró, “pierdes fuerza en cualquiera de las dos áreas del cuerpo, se siente un hormigueo en la cara, se cae un poquito la cara también. Algunas personas tienen dolor de cabeza, otras tienen dificultades para hablar, pero lo más importante es darte cuenta de que pierdes fuerza en el brazo».
Imagen: Captura de pantalla “Podemos Hablar” (CHV)